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El señor de las arenas

Itaca

Itaca

Hoy sé que estoy vivo, porque me duele tanto que quisiera morirme.

Ojala pudiese arrancarte de mi, para asi poder aprender a quererte. Y no quererte de esta forma egoista y ultramontana, capaz de cruzar desiertos y montañas.

Da igual el tiempo que pase, un día o cien, un mes o mil, un año o diez. Da igual lo profundo que haya sembrado de sal los campos de mis sentimientos durante ese tiempo. Al verte siempre acaba rebrotando la jara, el deseo apasionado de la primavera en verde cartulina.

Todo lo que soy está en tí. No tengo otro sitio en el mundo adonde ir, en el que poder refugiarme.

El resto es lo que queda en mi vida. Un largo viaje apasionado, lejano, excitante, pero amargamente melancólico. Soñando cada noche que al alba frente a mí volverán a estar las costas de Itaca.

3 comentarios

Laura -

Melancólica, novia rastrera, senestesia en cuerdas opresoras. Itakaso directo a cualquiera de todos los caminos a esa Itaka

El señor de las arenas -

La melancolía es producto del mucho pensar y el poco descansar. Del mucho estudio sucede la melancolía, dice Tampeso en \"Las medidas del romano\".

Otra cosa es la amargura, que es un adictivo dolor del que casi nadie sabe salir cuando lo produce un sentimiento tan químicamente irracional como el amor.

Gracias por pasar por aqui Medea, seas quien seas

Medea Queno -

la melancolía debe de ser de color verde cartulina, no suena mal