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El señor de las arenas

Parábola del abuelo huraño

Parábola del abuelo huraño

Mi abuelo era viejo. Olía mal, tenía mal humor y era huraño. Es cierto que no íbamos a verlo demasiado antes de que tuviésemos que acogerle en casa, pero en realidad era su carácter. Tenía los pulmones débiles, y por eso se duchaba lo menos posible, y por eso olía mal, y por eso no íbamos a verle, y por eso no tomaba medicación, y por eso tenía los pulmones débiles.

Mi abuelo había estado en la guerra. Y fue agricultor y ganadero toda su vida. No sabía encender la tele, pero sabía muchísimo sobre cosas de la naturaleza, aunque el ni siquiera usaba esa palabra. Mi abuelo recitaba páginas enteras del Poema de Mío Cid, aunque no sabía leer. Y usaba palabras, yo que sé qué palabras. No las había oído a nadie hasta que un día vi en un concurso de la tele que eran castellano antiguo, y algunas árabe. Aunque él no sabía leer. Pero mi abuelo era huraño. Ninguno de sus hijos quería aconsejarle, ni ayudarle para que se pusiera bien, se vistiese mejor, y saliese de casa para conocer gente, para que le cambiase el carácter un poco. Porque tenía el carácter huraño, porque nunca hablaba con nadie, porque nadie iba a verlo, porque tenía el carácter huraño.

Pero un día vinieron los de la empresa americana. Eran altos y guapos. “NewGrandpa” se llamaban. Nos ofrecieron cambiar a nuestro abuelo por uno mucho mejor, más simpático, más joven, más alto. Recuerdo que se llevaron a mi abuelo, a una residencia dijeron, aunque no nos dejaron señas. Cuando abrió la puerta de su casa, se limitó a coger su viejo abrigo y salir, como si estuviese al tanto de todo, aunque nadie le había dicho nada, porque nadie iba a verlo.

Mi abuelo nuevo era joven. Viste más moderno que yo, le gusta la música pop, habla inglés y sabe bailar. De hecho tiene un extraño acento cuando habla  castellano, y no usa palabras raras. Mi abuelo tiene unas manos más finas que las mías, y sabe comprar en el Alcampo. Pero las plantas de la casa de mi abuelo se han muerto todas. Mi abuelo viene a casa a comer los domingos, y trae deuvedés, y nos habla de la película de la noche anterior. Pero no nos interesa nada de lo que dice.

Hace poco le descubrimos una arruga. Hemos llamado a “NewGrandpa”, y vendrán mañana a traernos un nuevo abuelo. Este tampoco hablará con palabras antiguas, ni recitará poemas, pero vestirá aún mejor, y sabrá programar el DVD. Las plantas de casa de mi abuelo son ahora de plástico, y sus libros se los llevaron en el primer viaje los americanos. Mi nuevo abuelo no hace más que hablar de muchas cosas como si tuviese una televisión dentro, recita frases enteras de los anuncios, aunque viste muy bien y es dicharachero. Solo quiere comprarles cosas a mis hijos, y que ellos le compren otras absurdas, da igual cuales, y pasar el día en el centro comercial. Pero a mis hijos les aburre soberanamente.

Me pregunto dónde estará mi abuelo de verdad, ahora que mis hijos me preguntan quien fue el Cid, y cómo se planta una lechuga. Ojala le hubiese escuchado, cuando no había quien le visitase. Mi abuelo era huraño, y yo cada día me estoy volviendo más huraño. Desde hace un tiempo tengo mi abrigo preparado detrás de la puerta.

3 comentarios

El señor de las arenas -

Que tengas suerte vayas adonde vayas, E. Disfruta de la vida

Adios

Arbol Azul -

Si es cierto, una historia preciosa. Y los yayos son un gran pilar, a mi solo me queda una, y ella no es huraña ni nosotros con ella,
es una de las personas más importantes de nuestra familia y escuchamos con respeto toda su sabiduría y la queremos y allá donde vamos va ella...
Pero no me parece menos importante respetar también a la madre tierra, porque ella es la yaya más antigua del mundo... y a muchos nos gustaría q los nietos y visnietos de esos yayos
pudieran seguir disfrutando
de toda la riqueza de la que disfrutaron los yayos, y los padres y nosotros.
Mi abuela recicla los desechos...y un dia me dijo, lo hago pq me gustaría q a todos mis visnietos les aguardara un futuro lleno d la hermosura de la naturaleza de mi pasado...
En mi humilde opinión creo q una cosa no quita la otra...
las dos son igual de importantes...

Para L:

Diagnostico: Depresión endógena: tu cerebro te ofrece cicuta, fallo químico importante, lo suplen con química artificial en forma de pastillas, el médico te da la mano y te dice -Es irracional por eso tu no podías hacer nada...
y si a eso le sumas todo el Amor de los q de verdad de te quieren... el resultado es evidente...

Señor de las Arenas...ya he comprendido el triángulo, y q era lo q debía ver...también contigo, al caer en tu blog de casualidad conocí los blogs, ahora se q debo hacer para que otras personas q se encuentren en mi situación y no sepan q les sucede ni el porque, puedan tener algo de información q les sirva de ayuda, la clave poner en ese blog las palabras q uno busca por internet cuando el cerebro te ofrece cicuta.
Al final las casualidades tenian un sentido...gracias

Saludos
Adios

Marcel -

Que grande y que bonito. El verdadero reto no es contener el cambio climático sino la recuperación de los yayos. Esto si que es serio.