Centro
Quizá después de todo, soy el único que no lo sabía.
Después de los llantos, los versos, los caminos cortados, los cortados sin camino.
Todo el rato hablaba de ti.
No hay una puerta en el horizonte del mar.
Soy esclavo tuyo, para siempre, encerrado en un mundo hecho a mi medida.
Solo puedo aspirar a elegir acompañado de quien dedico mi tiempo a añorar tu gloria
Eros y Thanatos, claro
1 comentario
un arbol cualquiera... -
nadar en tus palabras...